
WhatsApp 1 - NSO 0: Pegasus se queda sin alas
Después de seis años de tironeos legales, juicios, apelaciones y seguramente muchos mails con asunto “URGENTE”, la justicia yanqui decidió que NSO Group, la empresa israelí famosa por su software espía Pegasus, no puede volver a chusmear usuarios de WhatsApp. Sí, parece que los muchachos estaban tan cebados que se metían en los chats ajenos como si fueran la tía del grupo familiar.
Justo cuando se conoció el fallo, NSO confirmó que fue comprada por inversores estadounidenses anónimos. O sea, un grupo misterioso compró una empresa famosa por el espionaje. Nada raro, ¿no? Si esto fuera una serie, sería tipo “Black Mirror: versión Wall Street”.
Will Cathcart, capo de WhatsApp, festejó el fallo como si fuera un gol de Di María:
“Aplaudimos esta decisión, que llega tras seis años de litigio para responsabilizar a NSO por atacar a miembros de la sociedad civil.”
En criollo: “Dejen de meterse en los grupos, hermano, que nos rompen el cifrado y el negocio.”
La jueza, por su parte, también metió tijera: bajó la indemnización de 167 millones de dólares a 4 millones, porque al parecer el jurado se había pasado un poquito con la calculadora. NSO, feliz, declaró que “aplauden la decisión”. Bueno, si te bajan el castigo en un 97%, hasta te dan ganas de invitar a la jueza a un asado.
Pegasus, para los que no lo conocen, es un spyware tan avanzado que puede meterse en tu celular sin que toques nada. Ni un link, ni un emoji, nada. Vos pensando que te hackearon por entrar a un sitio raro, y resulta que te espió un algoritmo con doctorado en ingeniería inversa.
NSO siempre dijo que solo vende Pegasus a “gobiernos responsables”. Claro, gobiernos que, después de “una investigación exhaustiva”, prometen no usarlo mal. Como cuando tu primo te dice “tranqui, te devuelvo la Play mañana”.
El fallo es importante porque sienta un precedente: ahora cualquier empresa que se sienta espiada puede decir “eh, mirá el caso WhatsApp-NSO”, y clavar una demanda.
En resumen:
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WhatsApp ganó el juicio, pero se quedó sin 163 millones que ya soñaba gastar en stickers animados.
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NSO se hace la víctima pero festeja igual.
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Y Pegasus… bueno, Pegasus seguirá dando vueltas por ahí, buscando otro grupo donde meterse.